30 septiembre 2011

Boceto para retrato robot que me hace una alumna


Me miro y no me reconozco; entonces guiño los ojos, desenfoco la mirada y parece que ya me veo algo más, o mejor dicho, me adivino un poco más. Pero sigo mirando -guiñado- y aparece un yo más lejano, o más joven. Finalmente veo a un hombre mayor mirando a este yo desde aquel otro, con un juego de distancias y posicionamientos: sí, efectivamente, ese soy yo, pero para otra persona. Es otro de nuestros infinitos yóes visto por alguno de tus infinitos túes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen trabajo de esa alumna, creo imaginar que el tema es el "bertillonaje" o "retrato hablado".

No puedo olvidar los buenos momentos que hemos compartido tu como profesor y yo como alumno. Siento mucha nostalgia.

Anónimo dijo...

Por suerte existen esos múltiples yoes y túes... por suerte, para que sea más fácil convivir con nosotros mismos. Porque escuchándonos somos cojonudos, escuchando a los demás nos quedam os a veces con grandes interrogantes... ¿de verdad me ven así?...mis varios yoes y sus varios túes conforman lo que somos... joé qué complicao!!...
Ah, y el retrato es estupendo, sólo me resultan raras las gafas...

Anónimo dijo...

parece el lute