Esteban Linares y Ángel Meca durante la inauguración.
DESVELO DE MANUEL AVELLANEDA,
EN SU ÚLTIMA SIESTA EN ISLA PLANA
"Lo pintado no es nada, es una cita
-sin nosotros, sin lienzo, sin pintura-
entre algo escondido y lo aparente."
Ramón Gaya
I
Olas y alas, desconocidas, puestas
en su afán de anegar estas tierras,
sedientas desde antes de Jesucristo.
En altamar, como un barquichuelo, el alma,
lenta y rápida, a la vez, en la marejada...
Los días doran todo lo que pierden.
El sol y el agua, áura y transparencia,
mis manos tocan. Mis manos son tiempo,
pero a todo llegan, bajo la luz hambrienta.
Una parte de tierra, otra de cielo,
llevan las olas, alzan las alas...
II
El horizonte avanza, el mar llega
a mis pies. Los pinos, el aucaliptal,
la paramera. Olas y alas, ya han bebido
y comido, y me conocen. Vosotros, el mundo,
también. Hice flor de la tierra abandonada
y logré que hablara. Me acoja tanto ella
como el mar y el cielo. No busqué
más. No malgasté mi vida. Bajo esta luz
saciada, con saliva y sal, alas y olas,
diferenciadas, se unen en mi nombre.
La blanca vela gira, y se apacigua...
Soren Peñalver.
Del catálogo de la exposición: "Mediterráneos: los mares de Avellaneda", que se inauguró ayer en el Museo de la Ciudad y que estará abierta hasta el 27 de noviembre.
3 comentarios:
Preciosos poemas.
Lo del alma en altamar como una barquichuela es buenísimo. ¿Este Soren, ha publicado libros?, porque parece un poeta de mucha envergadura.
Pues anda que estos:
Los días doran todo lo que pierden.
El sol y el agua, áura y transparencia,
mis manos tocan. Mis manos son tiempo,
pero a todo llegan, bajo la luz hambrienta.
Soren es un gran poeta
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