26 septiembre 2011


Una foto de Luci joven que me pasa Lucía. En esta época aún no la conocíamos, pero ya se intuía en su sonrisa y en su mirada lo fundamental, lo irrepetible que iba a ser su existencia para nosotros. Y así, mirándonos y sonriéndonos desde arriba -cariñosa, comprensiva, condescendiente, alegre...- es como la presentimos hoy. Me dice alguien que esta canción la emocionaba.

8 comentarios:

Man dijo...

Yo ya la conocía desde mucho tiempo antes.
Aún sigo conociéndola.

Anónimo dijo...

Es increíble cómo parece que está. Pero sin embargo, que no esté físicamente, te come por dentro. Cada día la echo más de menos, y me acuerdo más de ella.
No sé si será por que, cada vez, está más lejos el momento en el que dejé de verla.

No es sólo su sonrisa y su mirada, es todo ella, lo que echo de menos.

Cada día conduzco su coche. Todavía está el disco, que ella misma colcó, de la banda sonora de Once, que Gone le grabó. Me la pongo de vez en cuando, porque sé que cuando la oiga, alguna lágrima que supera la timidez, saldrá. En especial con esta canción. Ella llenaba el coche con esta música a todo volumen, y sonreía. Le daba gopecitos al volante, acompañando el ritmo, y cuando terminaba la canción, hacía que la siguiente no sonara, porque no le gustaba, decía que era muy triste.

Luciíca, su chiqui, su flor de loto.

Anónimo dijo...

ES LUCIA AHORA.NO ESTES TRISTE.BESITOS

Anónimo dijo...

No sé si será por que, cada vez, está más lejos el momento en el que dejé de verla.

No es asi, Lucia, sencillamente es porque cada vez, cada hora, cada dia, está más cerca del momento de volver a verla.
La ves en esa foto, en esa cancion, en Las Lomas, en tu comentario, en los comentarios, en Juan, en Piluca, en .....
Te queremos, chiqui.

Anónimo dijo...

Si Lucía, nos come por dentro saber que no está. Echo mucho de menos sus buenos consejos de hermana mayor, su sonrisa y, nuestras tontas conversaciones telefónicas que acababan indefectiblemente en carcajadas que nos hacían llorar... como lo hago ahora, pero ya no es de risa. A mí también me llamaba aveces flor de loto, y yo la llamaba flor de té. ¡Cuanta alegría dejaba siempre a nuestro alrededor!.

Anónimo dijo...

Quiénes sois? Cuando habláis así de mi madre, me gusta saber quién lo dice. Gracias.


Lucía.

Anónimo dijo...

Hola Lucía,
La llorona, la del último comentario soy yo: Eli, la bruxa... Perdona que no me haya identificado, se me olvida firmarlo. Un besico.
Eli- la Bruxa (ésto me lo pusiste tú y no recurdo ahora porqué)...

Anónimo dijo...

Yo sí la conocía en la época de la foto y ya la quería infinitamente. Hoy la he recordado mucho, a ella y a Joaquín. Hace 34 años celebrábamos, brindábamos, teníamos toda la vida por delante. Pero ella se bajó del tren mucho antes de llegar a la última estación. Y el viaje es triste y solitario sin su presencia, sin su sonrisa, sin su mirada, sin su apoyo, sin compartir la vida con ella. Nunca imaginé, en casi toda esa vida compartida, que ella no estaría. Y me duele tanto...
Pero sigo dando gracias porque nuestros caminos se cruzaron. Un privilegio.