27 mayo 2013

Fin de semana en Barcelona con entrada y salida por Reus: esteladas en bastantes balcones -aunque muchas menos que balcones sin ella-, ambiente enrarecido con el castellano hasta para pedir la cuenta en un restaurante, conversaciones de unos y otros sobre los abusos del estado español a la comunidad catalana... Y si por un lado a uno le son indiferentes las banderas, las razas y los territorios, por otro también le duele el tema, le quema en lo poco -o mucho- que le queda de ciudadano de un país con el que ha crecido y del que se siente parte. Racionalmente te sale separarte de quien no te quiere, pero irracionalmente el cuerpo te pide el cumplimiento estricto de la ley vigente. Y mientras, entre unas y otras, los pujoles y bárcenas de turno que nos gobiernan montando sus sociedades anónimas en paraísos fiscales.

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