25 junio 2013

El mejor regalo que me podían haber hecho ayer: un mono con gorra de marinero, una figurita de madera coloreada que me regalaba mi hermano Jose. Pero no es un mono cualquiera, este mono, de unos dos o tres centímetros de largo, es una de mis primeras imágenes del mundo animal y del mundo de los juguetes, ya que lo tenían mis padres junto a otras figuras en el aparador del comedor de nuestra casa de Vistabella a principios de los 50. Un vértigo más que añadir a los numerosos vértigos de la vida.

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