11 julio 2013

Desde aquel instante del año 1995 me encuentro formando parte de un fondo humano anónimo, testigo de una escena taurina intrascendente, pero que alguien decidió enmarcar y colgar en una pared. Hace unos días su dueño me la regaló porque consideraba que iba a gustarme estar ahí y verme. Pero ese que hay ahí y que se me asemeja, no soy yo, es sólo una milésima parte de un instante intrascendente de mi vida, un instante captado por otro en una imagen fortuita. O sea, nada ni nadie.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Coño Juan, estás con tu amigo Osete.

Anónimo dijo...

Esa posición en yoga se llama Sirsa Sana, creo.(La del toro).

Jose

Anónimo dijo...

Y siempre cerca de las autoridades

Anónimo dijo...

Intrascendente para ti, porque para ese pobre animal al que están torturando seguro que no.

Juan Ballester dijo...

He escrito una escena taurina intrascendente, no una escena animal intrascendente. Y que tu consideres lo taurino como tortura es tu problema.

Anónimo dijo...

Escena taurina intrascendente, escena vital intrascendente pero trascendente para otros

Juan Ballester dijo...

Por supuesto para mi, pero también para muchos que pensamos lo mismo desde el punto de vista taurino. ¿O es que no podemos ni expresar lo que nos parece trascendente e intrascendente?