26 agosto 2013

Y claro, ya no sabe uno muy bien dónde está el fallo, si es que lo hubo, porque me imagino al operario de la máquina al que le encargaron pintar una raya continua sobre el asfalto, preguntarse: ¿forma el gato parte del todo? ¿quién soy yo para juzgarlo? Pinto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Bien venido a este tu blog.

Se te ha echado de menos.

El gato ha pasado a formar parte de una obra de arte y, efectivamente, quén es el pintor de rayas para decidir qué pintable y qué no lo es.

ANÓNIMO



Anónimo dijo...

Hola Juan. ¿Esa foto es tuya? ¿Es verídica? Me parece una de esas obras de "arte" modernas. Igual de macabro, igual de absurdo.
Cómo absurda ha quedado la vida (o muerte) de ese gato, que pasó por allí en el momento equivocado y que nadie quitó tras pasar y pasar... hasta que sus átomos se fundan con el asfalto absurdamente.
Elvira

Anónimo dijo...

Qué bien. ¡Cuánto he echado de menos en este tiempo de ausencia sus entradas diarias! Gracias por volver, Juan.