Mi nieta Julia en la siesta. Es curioso, pero llegan a tener más importancia para uno que los propios hijos. Y no sé si será por la experiencia que te va dando la vida, o simplemente porque vas notando cómo avanza tu edad y cosas como esta te recuerdan y sitúan aún más en la realidad, el caso es que la miro y me embeleso como si estuviera saboreando una prolongación de mi propio pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario