20 noviembre 2013

Los objetos/tesoro que encontré el sábado pasado entre las minas de La Unión y la playa de Portman: una pequeña pieza industrial de madera, un trocito de rama pulida por el sol y el mar, un trozo de cuerda plástica deshilachada y sujeta con cinta aislante amarilla, y un trozo de plástico agrietado, posiblemente proveniente de algún bidón marino. Después de un cierto periplo ya están en casa y una vez individualizados y reconocidos les cojo cariño y no puedo tirarlos. La verdad es que no sé muy bien por qué los recogí, ni por qué les tomo ese cariño posesivo del que hablo. Tampoco sé si esta manía me viene por rama paterna o materna; el caso es que los encuentro y los guardo como algo valioso durante unos días, hasta que mi propia razón decide prescindir de ellos y vuelven a la basura, de nuevo. ¿Hermandad, quizá?

Take This Waltz by Leonard Cohen on Grooveshark

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Al primer golpe de vista, parecía un grupo de objetos para el afeitado, sólo a falta de la cuchilla.

ANÓNIMO

Anónimo dijo...

¿Cariño posesivo tú?no me lo creo