09 febrero 2014

Era el 8 de septiembre de 1980; yo tenía 27 años y él 69 y sin embargo, a pesar de esa diferencia de edad, tuve el privilegio y la inmensa suerte de llegar a ser su amigo hasta que murió en el 2005. Y puedo asegurar que conocer a Ramón Gaya fue una de las cosas más importantes que me han pasado en toda mi vida; bueno, en el plano de la formación y del conocimiento, creo que fue un antes y un después, porque acercarse a Ramón Gaya -a la obra y al pensamiento de Ramón Gaya-, no es sólo que te enriquezca; no tiene nada que ver con que te pueda gustar y de esa forma acrecentar tu acervo cultural, no, la obra y el pensamiento de Ramón Gaya te desnudan, te limpian de adornos y alharacas, te hacen pensar, te exigen lo máximo, te dejan solo frente a la creación y hacen que sea tú el que debe terminar de darle sentido.

Pastora (petenera) by Jose Menese on Grooveshark

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues muncha envidia me da esta entrada, pero de la buena, felicidades y seguro que tendrá mas de una anécdota que contar a sus nietos y sobrinos y sus ahijados del blog...

Anónimo dijo...

Qué gran privilegio y qué joven estás. ¿Y esa mirada tuya melancólica o quizás es simple humildad?