El día 6 de septiembre de 2004, después de 31 años en la casa, dejaba voluntariamente mi puesto de trabajo para intentar dedicarme a otra cosa. Esa mañana pasé por mi despacho con el objeto de recoger las últimas cosas personales y para despedirme de mis compañeros. Antes de salir tomé esta imagen: el último parte de trabajo sobre la mesa, los últimos papeles, el pendrive con los archivos personales... Diez años desde aquella imagen y ya todo convertido en puro sueño.
4 comentarios:
Las efemérides me emocionan....
Y lo a gustito que se está.
Sí, se está a gustito unos días y otros menos. En el fondo es nostalgia del tiempo cuando éste era más corpóreo, menos liviano que en la actualidad.
Corpóreos cuando había que ir a levantar un cadáver de madrugada, donde no sabías si estabas soñando en un estado liviano.
Jose
Publicar un comentario