Y lo bueno de la imagen como medio de expresión documental es que no solamente "informa" de un tema, sino que también, a las personas implicadas, los retrotrae a aquellos momentos vividos. Para la mayoría de la gente esta imagen supondrá un simple rincón de un humilde taller de artista, en concreto el del magnífico escultor Luis Toledo. Para el propio Luis y para mí, los únicos testigos vivos de aquellos momentos, suponen un tiempo pasado de felicidad compartida y de comunicación entre varios amigos durante dos largas y fructíferas mañanas invernales. Allí estábamos Ramón Gaya, Manuel Avellaneda, Luis Toledo y un servidor.
Foto: Juan Ballester 12 de diciembre de 1984.
3 comentarios:
Una manera de revivir los momentos.
Es la diferencia entre ver y mirar
Parecido a la diferencia entre el fcba y este blog
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