Cuando llegué al cruce de Juan de Borbón con Ronda de Levante ella ya estaba allí, concentrada en el semáforo y dispuesta para la salida. Nada se movía en ella, parecía como si estuviera disecada en esa postura. Y de repente se nos puso verde la luz, salí yo y ella seguía en la misma posición y en el mismo lugar. Claro, enseguida me di cuenta de que esa postura tan deportiva no era tensión por la salida, era que le quedaba grande la moto.
1 comentario:
Buenos días.
Sí, le tira un poco de la sisa.
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