Sobre la puerta de entrada a una nave en el Cabezo de la Plata. Y después, cuando entras y conoces a sus dueños, te das cuenta de que en el fondo el envidiado es siempre culpable porque provoca y goza con la envidia. Mecanismos del alma humana.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Me alegra mucho su vuelta. Le ví por Murcia con su cámara (no confundir con su alcalde) y me ilusionó la posibilidad del retorno. GRACIAS.
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Me alegra mucho su vuelta. Le ví por Murcia con su cámara (no confundir con su alcalde) y me ilusionó la posibilidad del retorno. GRACIAS.
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