09 mayo 2015


Sobre la puerta de entrada a una nave en el Cabezo de la Plata. Y después, cuando entras y conoces a sus dueños, te das cuenta de que en el fondo el envidiado es siempre culpable porque provoca y goza con la envidia. Mecanismos del alma humana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegra mucho su vuelta. Le ví por Murcia con su cámara (no confundir con su alcalde) y me ilusionó la posibilidad del retorno. GRACIAS.