10 mayo 2015


Y si el día dos de mayo de 2010 se nos moría Luci, el día diez, es decir, ocho días después, lo hacía Alejandro, nuestro añorado y querido amigo Alejandro Garrido. Es verdad que ya no hay dolor, que uno se va acostumbrando a las ausencias, pero precisamente ayer estuvimos comiendo en su casa con su mujer e inevitablemente lo recordamos. Y es verdad, no hay dolor pero sí mucho vacío. Aquí os dejo una foto que le hice a su mano cuando ya estaba enfermo, la mano de un verdadero amigo y que hoy necesitaría tener cerca sintiendo de nuevo su calor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Esta foto y tus palabras me han hecho pensar que, a medida que vamos cumpliendo años, a pesar de que estamos hechos de tristezas y de alegrías, las primeras empiezan a estar más presentes que las segundas.

Unknown dijo...

No sabes cómo me emociona tu recuerdo y estas maravillosas palabras en recuerdo de Alex, no conocía esa fotografía, pero una de las cosas que me enamoraron de él eran sus manos, qué suaves, cómo me hablaban, y a la vez firmes como rocas, manos que protegían, que empujaban, que amaban.....Muchas gracias Juan por ese recuerdo, ese in memoriam, no lo podré olvidar nunca.

evahmtrau dijo...

Manos "cosquilleras" también. Pienso mucho en él; su risa y él llenaban el espacio donde estuviera.