08 junio 2015


Me encantan esos espejos convexos que ponen en los cruces con dificultad y me recreo mirándome en ellos. Es como si de repente hubiese otra realidad dentro de la realidad, y es ahí, distanciado, deformado y caricaturizado donde el verme no me provoca el consabido pasmo ante mi propia imagen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Hasta es posible que te veas guapo, no te jode.