Me encantan esos espejos convexos que ponen en los cruces con dificultad y me recreo mirándome en ellos. Es como si de repente hubiese otra realidad dentro de la realidad, y es ahí, distanciado, deformado y caricaturizado donde el verme no me provoca el consabido pasmo ante mi propia imagen.
1 comentario:
Buenos días.
Hasta es posible que te veas guapo, no te jode.
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