27 junio 2015


Y finalmente fue gol, pero ya nada existe -ni para el portero, ni para el delantero- que no sean sensaciones, vivencias, carácter. Lo que en imagen es hoy la fantasmal representación de un instante eternizado, para aquel portero quizá solo fue la configuración de su inseguridad, mientras que para el delantero sería una nueva dosis de confianza. La vida y sus azarosos caminos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.