02 julio 2015


Está claro que se trata de una exageración, de una generalización injusta -sobre todo para esos políticos honestos que desde sus humildes puestos de responsabilidad local se están dejando su tiempo por los demás-, pero qué duda cabe de que con su silencio cómplice y con su falta de respuesta contundente ante la corrupción la han consentido tácitamente. Pero lo peor de esa actitud no es solo la corrupción masificada, lo peor ha sido el daño tan enorme que le han hecho al sistema, con las nefastas consecuencias que estamos viendo venir. Una lástima, otra oportunidad perdida.

4 comentarios:

Pedro López Martínez dijo...

Humildemente pienso que la corrupción no es partidista, sino sistémica.

Pedro López Martínez dijo...

Y lo más preocupante no son las inciertas consecuencias, sinp la sensación de impunidad que coexiste con el propio sistema.
Salud y buenos días.

Juan Ballester dijo...

Totalmente de acuerdo Pedro, la corrupción es sistémica en cuanto que es de todos, está en mayor o menor medida establecida entre todos. Y es verdad de que la justicia está muy politizada en este país -la división de poderes ha muerto, argumentaba hace unos años Alfonso Guerra-, pero las urnas siguen haciendo que funcione, más lentamente pero funciona. Me gusta tanto el espíritu de la Transición, necesitábamos los españoles tanto el poder llegar a pactos entre unos y otros, que cuando hablo de sistema hablo de esa actitud social, de esa predisposición a oír y entender la postura contraria a la mía.

Anónimo dijo...

Buenos días.