28 septiembre 2015


Debe ser la luz, el tiempo lluvioso, la soledad, el otoño -de uno-,..., pero estoy sensible con los amigos que me faltan: Ramón, Luci, Alejandro, Tomás, Fernando Mesa del Castillo... Precisamente ayer, paseando por las inmediaciones del castillo árabe que hay junto a La Luz me fijé en su casa y en el lugar donde un día seis de enero de dos mil trece caía fulminado por un infarto mientras caminaba; recordé su sonrisa amable, su sentido del humor, sus problemas profesionales, el magnífico Gaya que acababa de comprar, me acordé de Amparo, su mujer, de la última vez que lo vi... e hice una foto para contarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Y tristes.