13 septiembre 2015


Nunca me ha gustado la feria, ni cuando era niño; veía ese mundo de luces, colores y sonidos como algo muy competitivo y violento. Pero lo que más me retraía de todo era lo que tenía de cartón piedra, de mentira o de verdad oculta; no miraba las caras de plástico y los disfraces de los personajes, miraba sus pies sucios y mal calzados, sus manos tatuadas, sus ojos tristes y pensativos tras la máscara.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Ya somos dos.