28 noviembre 2015


A veces me pregunto el porqué de ciertas imágenes que tomo, como por ejemplo ésta realizada en la iglesia de San Francisco de Cádiz. No creo que sea propiamente el tema lo que me atrae, sino la luz, su forma de incidir sobre esa escena que sucede enfrente. Después, claro, cuando la fotografía ha sido capturada, creo también que todo termina, todo se disuelve en ese engaño que en definitiva es la imagen, todo acaba en una triste y vacía estética de apariencias sin alma. Sin embargo, el hecho de tomarla me sirvió en aquel momento, me ayudó a fijarme un poco más en aquello que me atraía, me hizo significarlo, señalarlo y finalmente recordarlo. Nada más, pero también nada menos.

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