Romeo, el chico haitiano que hace de vigilante por las noches en la casa donde me alojo, ha cambiado de sueño: ahora ya no quiere ser músico, quiere ser peluquero y se pasa el día recortándose el suyo e intentando recortárselo a todo el que pilla. Quizá el último día me decida, a ver.
1 comentario:
Buenos días.
Ya estoy impaciente por ver el resultado.
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