05 marzo 2016




No sé si fue ella la que escogió el sitio para morir, o fue alguien que allí la llevó después de muerta, pero el caso es que allí estaba esta paloma, sobre el suelo y al fondo de la arcada que tiene el edificio municipal en la zona colonial de Santo Domingo. Y lo que desde el punto de vista natural es una normalidad, o desde el punto de vista humano una casualidad, para uno no deja de tener su importancia, su trascendencia, su mensaje: Otra vez la vida pone delante de mis ojos un destino cruzado, un hito sideral, la individualidad cósmica, acaso para que no deje de tener presente lo mucho y lo poco que soy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas tardes.


Que somos.