A pesar de que se trataba de alguien pintando del natural -algo ya bastante en desuso-, no fue eso lo que me llamó la atención, sino la postura tan "torera" que tenía la chica mientras miraba su "toro" particular: cabeza alta -vigilante y pensativa- y postura tres cuartos, indicando inteligencia y seguridad; las piernas un poco abiertas pero rectas y la barriga y el pecho sacados, como "ofreciéndoles"... Nunca había pensado en esa conexión pintura y toreo y mucho menos por el lado de la actitud.
1 comentario:
Buenos días.
No entiendo ni de pintura ni de toros, pero sé lo que quieres decir.
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