07 abril 2016


A pesar de que se trataba de alguien pintando del natural -algo ya bastante en desuso-, no fue eso lo que me llamó la atención, sino la postura tan "torera" que tenía la chica mientras miraba su "toro" particular: cabeza alta -vigilante y pensativa- y postura tres cuartos, indicando inteligencia y seguridad; las piernas un poco abiertas pero rectas y la barriga y el pecho sacados, como "ofreciéndoles"... Nunca había pensado en esa conexión pintura y toreo y mucho menos por el lado de la actitud. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

No entiendo ni de pintura ni de toros, pero sé lo que quieres decir.