En el fondo de un panteón medio derruido del cementerio de Nuestro Padre Jesús en Espinardo, puede verse este nicho subterráneo en el que descansan los restos de Adolfo Herrera y Chiesanova, Teniente de Navío de 1ª y Académico de Número de la Real Academia de La Historia, nacido en Cartagena el día 10 de marzo de 1845 y muerto en Madrid el día 10 de marzo de 1925. En la misma fosa parecen estar también los restos de su esposa, Magdalena Gil García. Y durante unos momentos piensas en sus vidas, en sus éxitos y miserias aquí enterrados y aquí olvidados. Pero el interés por el personaje me hace buscar más datos en Internet y compruebo que todavía quedan algunas referencias bibliográficas e incluso su retrato. Al menos un destino cruzado ha hecho que cien años después de su muerte algunas personas pensemos en él -en ellos- y consigamos de esta forma que sus identidades aún continúen existiendo. Quién sabe.
1 comentario:
Buenos días.
La vida da extrañas vueltas.
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