04 abril 2016


En el fondo de un panteón medio derruido del cementerio de Nuestro Padre Jesús en Espinardo, puede verse este nicho subterráneo en el que descansan los restos de Adolfo Herrera y Chiesanova, Teniente de Navío de 1ª y Académico de Número de la Real Academia de La Historia, nacido en Cartagena el día 10 de marzo de 1845 y muerto en Madrid el día 10 de marzo de 1925. En la misma fosa parecen estar también los restos de su esposa, Magdalena Gil García. Y durante unos momentos piensas en sus vidas, en sus éxitos y miserias aquí enterrados y aquí olvidados. Pero el interés por el personaje me hace buscar más datos en Internet y compruebo que todavía quedan algunas referencias bibliográficas e incluso su retrato. Al menos un destino cruzado ha hecho que cien años después de su muerte algunas personas pensemos en él -en ellos- y consigamos de esta forma que sus identidades aún continúen existiendo. Quién sabe.

  


1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

La vida da extrañas vueltas.