Autorretrato en el cuarto de baño del tren. Primero encuadro, después miro al objetivo de la cámara, procuro normalizarme ante algo tan artificial y tan forzado y, finalmente, aprieto el disparador. Todo debe ser rapidísimo, casi sin que dé tiempo a pensarlo, porque el "calvario" es incómodo y el sentido crítico me paraliza. Es casi un robado, pero también una especie de licencia que me concedo. ¿Esto para qué? No lo sé, será ego o será lo contrario.
2 comentarios:
Yo diría que es la cámara la que se autorretrata.
Buenos días.
Seguro que al menos te sentiste aliviado después de ese ejercicio de egocentrismo.
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