17 mayo 2016


Autorretrato en el cuarto de baño del tren. Primero encuadro, después miro al objetivo de la cámara, procuro normalizarme ante algo tan artificial y tan forzado y, finalmente, aprieto el disparador. Todo debe ser rapidísimo, casi sin que dé tiempo a pensarlo, porque el "calvario" es incómodo y el sentido crítico me paraliza. Es casi un robado, pero también una especie de licencia que me concedo. ¿Esto para qué? No lo sé, será ego o será lo contrario.

2 comentarios:

Pedro López Martínez dijo...

Yo diría que es la cámara la que se autorretrata.

Anónimo dijo...

Buenos días.

Seguro que al menos te sentiste aliviado después de ese ejercicio de egocentrismo.