27 octubre 2016

LA CITA


Ya se huele, ya nos llega la fecha del encuentro con nuestro pasado. Y no sé por qué, pero desde hace unos años -no muchos, cinco o seis-, el lugar lo visito cada vez con más atención, con más emoción: miro su luz y los detalles más insignificantes, analizo lo que se oye, curioseo a los vecinos de tumba, critico unas flores, una cruz, una cita... Y sin embargo, aún me resulta un lugar imaginario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Probablemente, cuando estés allí para siempre no llegarán a molestarte los vecinos, ni la luz, ni los sonidos.