11 noviembre 2016


El hijo de tu hijo que te mira y te llama y de repente descubres tantas cosas: Descubres que la vida es eterna, pero no tú, que solo la representas temporalmente; descubres que todo son ciclos, que todo se repite, que todo vuelve y todo se va; descubres, también, que otros como tú soñaron tus mismos sueños y lloraron tus mismas lágrimas; descubres que el amor existe antes que el amante y el amado; te descubres querido y queriendo, sin un porqué, sin más..., como descubres que eres feliz, porque tienes motivos para serlo, al menos por hoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...



...Amén.

Buenos días.