10 noviembre 2016


Seguramente es un cielo infinitamente repetido, y no sé por qué pero, cada vez que aparece, siempre me parece el primer cielo, o el último. Siempre es un cielo dramático y limpio, un cielo rico de contrastes y de colores, una amalgama de luces y sombras, de bellezas y de nostalgias. Son los cielos del atardecer otoñal, tan inevitables como singulares, tan reales como soñados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.