Comenzaban a pasar los tres Reyes Magos, es decir, la parte principal de la cabalgata, pero este chico se apartaba unos metros del público para fumarse un porro. Y claro, en vez de a los Reyes, lo estuve observando a él: su mirada, su forma de fumar, su postura, su misma actitud... Una maravilla de planos, de voluntades, de tiempos; un verdadero regalo de Reyes cuando de lo que se trata es de seguir viendo y comprendiendo.
3 comentarios:
Buenos días.
Una mirada atenta la tuya.
Mientras él se regalaba un momento de rey mago personal y sin derecho a compartir.
Muy buena. Abrazo
Quizás estaba buscando algún camello.
Publicar un comentario