En una tierra que se caracteriza por sus largas y reiteradas sequías, todos mirábamos entre alegres e incrédulos la crecida del río, pero, en medio de toda aquella algarabía, sin pudor alguno y sin un porqué aparente, una pareja sellaba con un beso lo que evidenciaba ser un mutuo reconocimiento y su deseo. Nada tendría que ver con lo anecdótico de la crecida, pero aquel beso en aquel momento me parecieron lo más sólido y consistente que estaba sucediendo ante mis ojos. Era como un punto central, como el tema principal de un momento único y eterno.
2 comentarios:
Buenos días.
Esperemos que hoy, bajo la nevada, se sigan besando.
Preciosa toma abierta en todos los sentidos. Muy bien encuadrada tomando ampliamente la escena y mostrando como el amor es a veces motivo de distracción. je je je . Un abrazo
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