15 enero 2017


No está pidiendo, no es un hombre-estatua, simplemente se hace un selfie -antiguo autorretrato- con la fachada de la catedral como fondo. ¿Nos plantearemos algún día para qué tanta foto? Pero lo más grave ya no es eso, lo peor -creo-, es que el hombre de hoy se ha refugiado en la imagen como forma de estar en el mundo. Grave, muy grave el asunto y, sin embargo, todos tan contentos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.