Termina una locura y empieza otra, como si esa fuese nuestra única meta, como si el hombre solo necesitase su propia enajenación para vivir. Sí, terminan las fiestas y empiezan sus restos, termina la Navidad y continúan sus enseñanzas. ¡¡Qué asco, qué pena y qué nostalgia de otros tiempos y de aquellas miserias humanizadas!!
1 comentario:
Buenas y avergonzadas tardes.
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