20 febrero 2017


El camino que creímos escoger, nuestras servidumbres y miserias, la felicidad de sabernos vivos junto a la incertidumbre que supone saberlo, las luces y sus sombras, la realidad evanescente, nuestras huellas sobre el asfalto, las diferentes capas de la vida con sus tiempos y sus ritmos, los miedos del monstruo de Darío*, tú mismo... Es todo tanto y tan nada...

* Escrito del 18 de febrero en "Retales de mi alforja".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Anónimo dijo...

JB, ¿dónde está ese camino?

Juan Ballester dijo...

Junto Eremitorio de La Luz