22 febrero 2017


Juan Pablo II en los altares. Y entonces se desmoronan todas aquellas metáforas cristianas que medio entendíamos. Una cara idealizada de San Prisciliano te hace pensar y hasta soñar; la realista cara del Papa Wojtyla a modo de figura de cera te conduce inevitablemente al rechazo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas tardes.

¡A dónde vamos a llegar!