10 febrero 2017

Las manos de Tomás Segovia. (10 de sept. de 2011) Foto: JB


INTRUSO


Qué me puede esperar allá adelante
Qué me puede esperar
Allá donde no hay nada que esté esperando nada
Qué me puede esperar a mí el más huérfano
El que nunca es llamado
Que da pasos de intruso por un mundo
Donde nunca vio nada que soñara ser suyo
Qué iré a encontrar allá
Sino lo nunca familiar
Lo que no acepta el nombre si yo le doy un nombre
Lo que niega las reglas de mi juego si juego
Y si respiro seriedad se mofa
Qué esfuerzo o qué locura ésta
De no querer echarme atrás
No querer dar un paso más
Una mirada más una buena fe más
Qué peligrosa convicción seguir creyendo
Que yo el borrado yo el más huérfano
Nunca tendré derecho a dar la espalda
Que es el mundo el que un día
Tendrá por fin que dar la cara.

Tomás Segovia

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Leyéndolo no llego a comprender si el autor se creía realmente tan poco importante, o era sólo una pose.

Juan Ballester dijo...

Hay que saber que era huérfano, sufrió el exilio y siempre se ha sentido un nómada. Si a eso sumamos que su "mundo" se medía por otros parámetros y habitaba en otras alturas, pues es totalmente entendible y hasta autobiográfico

Pedro López Martínez dijo...

Gracias por el poema; a Tomás y al mensajero.
Salud!

Anónimo dijo...

Gracias.

Ahora se entiendo mejor.