27 abril 2017



Miguel y Paloma en febrero de 1980. Miguel fue el último tartanero de Murcia, pero a principios de los setenta, cuando ya casi nadie utilizaba ese método de transporte, lo abandonó y se dedicó a ser vigilante de coches en diversos solares del barrio de San Juan. En su tartana siempre iba acompañado de su su perra Paloma y con ella siguió cuando cambió de negocio. Poco tiempo después de estas fotos, me enteré que un día apareció muerto sobre su cama, aunque nunca supe del destino de Paloma, su eterna compañera y amiga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Lo recuerdo en su tartana, al bajar del Puente Viejo, frente al Hotel Victoria.