08 mayo 2017



Faltaba por entrar a declarar solo yo, pues las pruebas periciales son las últimas en los juicios. En mis idas y venidas por el pasillo de la planta sótano en la ciudad de la justicia, me fijé en una especie de piedrecita que había junto a la ventana. Al acercarme pude comprobar que se trataba de un garbanzo. Me acerqué un poco más y vi que no era negro. En estas, se abre una puerta y llaman: ¡¡Juan José Ballester...!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

No estarás insinuando que el garbanzo negro eres tú.