25 noviembre 2018

Eloy Sánchez Rosillo. 23 de noviembre de 2018. Foto: JB



LA SÚBITA VERDAD


Estaba releyendo a Emily Dickinson,
y me tomé un respiro al acabar
el hermoso poema en el que afirma
que es mejor que aparezca y nos alcance 
sesgada y despaciosa la verdad,
pues si llega de frente y repentina
podrá cegarnos su excesiva luz.

    Cayó la noche en la hora apaciguada.
Alcé la vista y miré hacia el cielo
desde mi cuarto. En él la luna llena
resplandecía y yo la vi de súbito
—no poco a poco ni de forma oblicua—,
en el cristal de mi balcón centrada.
Su belleza era inmensa, y su verdad
llenaba el mundo irrefutablemente.

    La magnitud del imprevisto hallazgo
no hizo daño a mi pecho ni a mis ojos.
Viví con emoción el dulce encuentro.
Y mansa y pura y misericordiosa,
toda esa luz fue entrándose en mi ser.


ELOY SÁNCHEZ ROSILLO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.