24 diciembre 2018

No soy creyente, es más, pienso que en todas las religiones existen muchas dosis de soberbia, de cobardía y de autoengaño, sin embargo, hace unos días, cuando acababa de fotografiar a un grupo de seminaristas que iban cantando y desfilando por Trapería, uno de ellos, el que llevaba una imagen del Niño Jesús, se acercó a mi, me miró a los ojos sonriendo y dulcemente me preguntó si deseaba besar el pie del Niño. Sin dudarlo me agaché y con toda la verdad que pude lo besé. Solo sé que mi madre me sonrió. Y fui feliz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.