Como cada cierto tiempo, el almendro de la calle Del Pino ha vuelto a florecer. Y con sus flores -o coincidiendo con sus motivos-, también nuestro ánimo nota el cambio. Sí, es una cita anual, pero, sobre todo, es el recordatorio más palpable de que la vida solo es un constante renacer.
1 comentario:
Buenos días.
Publicar un comentario