Se separó de sus padres unos metros; después se volvió hacia ellos, con una actitud severa y mirándolos fijamente les dijo: ª!!no quiero gestos¡¡ Y pensar que todo está escrito desde hace millones de años, que esa postura de enfado con sus padres se ha ido gestando lentamente hasta convertirse en un patrón más del comportamiento animal...
Ufff. Fotografía arriesgada, Juan. Aunque muy cierto lo que comentas.
ResponderEliminarBuenos días.
ResponderEliminarPues si Pedro, arriesgada inútilmente. ¡¡Qué pena de mundo!!
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