Sin embargo, fantasía y mentira no son sinónimos. La realidad / ficción son opuestos que no se han de confundir con verdad / mentira. Quiero decir que la fantasía, como la ficción, son verdades a otro nivel, aunque no se hallen en la realidad física. O así lo entiendo yo. En fin, buenos días.
Sí, Pedro, es verdad que no son lo mismo, por eso lo pongo en un aparte y con la conjunción. Pero con la mentira no me estoy refiriendo, solo, a los reyes magos, sino también a otros representantes públicos que en estas horas nos hablan con fantasía, con cinismo y con mentira.
La derecha es este país es corrupta, pero nunca me habría imaginado a una izquierda que -en masa- aceptara hablar de "identidades regionales" o de la inoportuna "judicialización" de unos políticos que se han saltado las reglas del juego"; la de una izquierda que -en masa- calla ante acontecimientos de corrupción que le son afines. A uno le quedaba la esperanza de la integridad moral del individuo, más allá de siglas y etiquetas, pero estoy presenciando la tremenda cobardía -o sectarismo- de quienes hasta ahora se flagelaban cuando presenciaban la corrupción o se contravenía la separación de poderes. Sí Pedro, a veces la fantasía va muy unida a la mentira.
6 comentarios:
Buenos días.
Sin embargo, fantasía y mentira no son sinónimos. La realidad / ficción son opuestos que no se han de confundir con verdad / mentira. Quiero decir que la fantasía, como la ficción, son verdades a otro nivel, aunque no se hallen en la realidad física. O así lo entiendo yo. En fin, buenos días.
Sí, Pedro, es verdad que no son lo mismo, por eso lo pongo en un aparte y con la conjunción. Pero con la mentira no me estoy refiriendo, solo, a los reyes magos, sino también a otros representantes públicos que en estas horas nos hablan con fantasía, con cinismo y con mentira.
La derecha es este país es corrupta, pero nunca me habría imaginado a una izquierda que -en masa- aceptara hablar de "identidades regionales" o de la inoportuna "judicialización" de unos políticos que se han saltado las reglas del juego"; la de una izquierda que -en masa- calla ante acontecimientos de corrupción que le son afines. A uno le quedaba la esperanza de la integridad moral del individuo, más allá de siglas y etiquetas, pero estoy presenciando la tremenda cobardía -o sectarismo- de quienes hasta ahora se flagelaban cuando presenciaban la corrupción o se contravenía la separación de poderes. Sí Pedro, a veces la fantasía va muy unida a la mentira.
Ah, es por eso...
Buenos días.
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