Esta mañana, alrededor del medio día, un músico callejero tocaba la trompeta junto al Palacio de San Esteban. Se llama Armando y es de Lituania. Pues bienvenido a nuestra ciudad, Armando; muchas gracias por haber venido a alegrarnos nuestro caminar.
Los golpes que se oyen de fondo no son de alguna obra, sino de una caja de ritmos que lleva para acompañarse.
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