Sí señor, para qué vamos a negar a estas alturas que esto era lo que nos encantaba. Cuando oíamos lo de "la casita... en Canadá", todo eran sueños y porvenir. Sólo pensar en la palabra Canadá era como pensar en el otro mundo. Claro que ahora pensar en una casita, aunque sea en Aljucer, es como en aquella época soñar con el Cánada, o más lejos aún. La historia se repite con sus mil caras. Y por cierto, Pinco Panco, el protagonista de la historia, debía tener un instinto entre de pirómano y de Paco el Pocero, para que lo ataran.
5 comentarios:
¡Qué gusto me ha dado oirla de nuevo!y mucho más ver la carátula del disco......cuantos recuerdos Juan.
La verdad es que escuchándola te das cuenta de la tontería de letra, pero como bien dices uno pensaba que aquello era el paraiso...en mi infancia claro, ahora la casita es más del banco que de nadie.
Mónica.
Juan: ¡Como te gusta presumir de viejo! esta vez te has pasado un poco, que esta canción era de la época de nuestros padres, cuando eran jovenes, eso si, este disco disco, que pululaba por la casa, ha formado parte de muchas infancias.
Me trae hermosos recuerdos de un tiempo que fue ayer y que es hoy (Einstein le llamó “Relatividad”) Sería el año 1955. Yo tenía 11 años y estudiaba 1º de Comercio en la vieja Escuela de Comercio en la calle Frutos Baeza; 1º de Bachiller en el Instituto Saavedra Fajardo que entonces estaba en Avda. Teniente Flomesta y 1º de Solfeo en el Conservatorio de Música que estaba en el lateral izquierdo del Teatro Romea.
Si cierro los ojos puedo verme junto con mis compañeros, con los están aquí y los que están allí, cantando esta canción de moda y enamorados de la voz y la cara de Elder Barber que sale en la carátula del disco (¿singles?) .
Sí Juan. Recuerdo todas las canciones y casi podría cantarlas.
Gracias por rescatarme este recuerdo.
Verdaderamente “Tú tienes algo”
Man
Rectificación de lo arriba dicho.
Nuestro instituto se llamaba Alfonso X El Sabio y no Saavedra Fajardo, que era el de las chicas, junto a la Iglesia del Carmen (el que decían que se iba a caer por estar lleno de rajas ¿?). Lo que ocurre es que pensábamos más en éste que en aquél.
Dicho lo cual, todo queda dicho y vale.
Man
Ahora Man, los institutos de la época siguen con las mismas rajas, o más, solo que las han complementado con pilotes para que todo siga sin "peligro de derrumbe".
Un saludo: Juan
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