Huellas de pisada de un perro sobre una losa de barro cocido. Esta losa forma parte del suelo de un teatro romano del siglo III, recientemente excavado en el centro de Sofía. Aunque no se pueden ver las proporciones en esta imagen, os garantizo que son grandes, de un perrazo, seguramente algún ascendiente del perro de Emil.
2 comentarios:
Y las marcas lineales paralelas junto a la huella ¿ no serán de algún medio de trasporte que usasen en la época?
Es increíble que sean del siglo III, lo que parece es, como pasa actualmente cuando están asfaltando una via: primero pasa la bici o el coche o el dueño del perro en la forma que sea y despúes el perro pisa la marca que ha dejado quien le acompaña.
Se puede uno imaginar una historia cotidiana, de forma de vida en esa época, solo con ver esa losa. Además ¿ no parece en realidad que son dos huellas de animal juntas, como cuando das un salto o vas corriendo? A ver Juan, experto criminalista ¿que piensas de esas huellas?. Es curiosiodad.
Bueno yo no soy experta, pero me parece que lo de que sean 2 huellas casi superpuestas será por que son una de las patas delanteras, y la otra de las traseras cuando siguió el paso, ¿?, y las marcas de al lado no me parecen suficientemnete profundas para ser del dueño ni de ningún otro medio de transporte, además están por debajo de las huellas del perro-oso, y son irreculares, como hechas con los dedos, o manualmente, sin casi presión; tal vez una marca decorativa o firma, o niños gamberros...
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