22 diciembre 2009


MANDATO


Se acababa la infancia
Y aquí y allá brotaban los presagios
De que había algo más
Y en un atardecer moroso y frío
Mirando el cielo vacuo y pálido
El tiempo mismo era
El que palidecía
Y lo que en él se nos venía encima
Era un silencio otro de algún mundo otro
Y todo era una inmensa y solemne inminencia
Y lo que nos dejaba con el aliento en vilo
Era un abismo en el que nada
Dejaba de ofrecerse
Y todo se ofrecía con la voz
De un pálido mandato intransigente.


Tomás Segovia. 10 dic 09

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ante tanta belleza..... silencio