Y a Julia, que acaba de marcharse a su casa, ya la echamos de menos.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
Es la alegría de la casa. Ella sola, cuando la pones delante del espejo, se ríe. Está para comérsela. Y nos tenemos que ir preparando, y controlando, porque nos la comeremos!
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Es la alegría de la casa.
Ella sola, cuando la pones delante del espejo, se ríe.
Está para comérsela. Y nos tenemos que ir preparando, y controlando, porque nos la comeremos!
Un abuelo,es un abuelo.......pero la niña es preciosa.
¡Jo, que bonita!
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